Sumas y restas que llevan a 1966 especies en la lista oficial de las aves de Colombia
¿De qué tamaño es nuestra biodiversidad? ¿Cuántas especies de aves son residentes permanentes, y cuántas migran de otros lugares para pasar parte de su ciclo anual en territorio colombiano? En la fascinante búsqueda de respuestas a estas preguntas, caemos en cuenta que éstas no llegan a ser definitivas, sino que fluyen por la progresión de la ciencia y la taxonomía. Pareciera que el número cambiante le diera aún más fascinación a ese proceso, y más aún, al de pajarear. La aplicación de diferentes criterios para definir especies, y la variable disponibilidad de la evidencia que respalda registros nuevos hace que estás cifras cambien constantemente.
Por un lado, varios grupos de taxónomos, principalmente del norte global, trazan unas líneas que definen especies. Algunos son muy conservadores, manteniendo bajo un mismo nombre poblaciones de aves que, a los ojos de un observador de aves, podrían parecer especies diferentes. Ese podría ser el caso del Comité Clasificación de Suramérica (SACC) de la Sociedad Americana de Ornitología (AOS). Otros comités, muy liberales, consideran como especie casi que cualquier variante geográfica que tenga algún nombre, bajo el criterio de diagnosabilidad externa. Esa es la filosofía de la Lista Mundial de Aves IOC. Por ejemplo, mientras la IOC reconoce a Cacicus microrhynchus, y en ese sentido sumaría esa especie a Colombia, la SACC la mantiene dentro de C. uropygialis.
A esta amplia varianza de cifras y concepciones, se le suma la incertidumbre de aquellos registros que aún no están respaldados por evidencia verificable y libre de ambigüedades. Algunas guías de campo para Colombia incluyen ilustraciones e información de aves que nunca se han registrado en el país, a manera de lista de deseos. Por ejemplo, Melanopareia elegans de los rastrojos y bosques secos del pacífico ecuatoriano se incluye en las guías de campo, pero aún no hay observaciones o evidencia clara de su existencia en Colombia. Esto a veces genera confusión, pero la lista de especies incluidas en esas guías de campo no puede tomarse como una referencia de las aves confirmadas para el país. Entonces, ¿a qué cifra o lista atenernos? Sería ideal contar con una lista que adopte un conjunto de criterios taxonómicos claros, y bajo ese estándar, escrutine cada nuevo registro que esté firmemente documentado.
Como sociedad colombiana, es crucial que tengamos estrategias de país para la conservación de la biodiversidad, como la nueva versión de la Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves – ENCA. Para cumplir con las metas trazadas en estrategias como la ENCA, se hace indispensable contar con listas rigurosas y oficialmente reconocidas. En últimas, las listas oficiales se convierten en instrumentos de referencia para toda la sociedad, más allá de la academia, para planificar e implementar políticas públicas en ciencia, educación, conservación, bioeconomía, innovación y divulgación de la diversidad biológica colombiana. Sin embargo, nos acostumbramos a que los criterios y definiciones de especies de aves vinieran impuestas de afuera, las listas las construían otros, venían en los libros sin traducir y en los portales de comités que dirimían como debían llamarse nuestras aves, en inglés.
En reacción a esta situación, la Asociación Colombiana de Ornitología conformó el Comité Colombiano de Registros Ornitológicos (CCRO), que se encarga de llevar un registro oficial y riguroso de las especies confirmadas en el país. El comité está conformado por investigadores y observadores de aves de diferentes perfiles e instituciones: María Ángela Echeverry, Orlando Acevedo, Jorge Avendaño, Camila Gómez, Gary Stiles, Felipe Estela y Andrés Cuervo. El propósito principal del CCRO es mantener la Lista Oficial actualizada, al revisar, avalar y sintetizar los registros de especies de aves silvestres realizados en el territorio continental, insular, marítimo y aéreo de Colombia. En esa misión, se constata la evidencia documental que soporta la presencia permanente o incidental de aves en el país.
Para que una especie de ave sea incluida en la Lista Oficial de las Aves de Colombia, debe tener registros confirmados dentro del territorio colombiano. La evidencia que hace un registro verificable son especímenes físicos o audiovisuales (foto, audio, video), información de tránsito por GPS, o registros respaldados por publicación revisada por pares. El rol de eBird ha sido extraordinario como un catalizador de la contribución de todos en ese esfuerzo colectivo de conocer las aves de Colombia. Como repositorio de audios, fotos y videos que respaldan registros novedosos para el país, eBird ha sido una fuente primaria para el CCRO ya que funciona también como un repositorio de evidencia tangible de aves que se sospechaban que estaban en el país, pero que no habían sido confirmadas antes.
En la lista oficial publicada por el CCRO en Ornitología Colombiana, actualizada a 2022, se incluyen 1966 especies de aves (Echeverry-Galvis et al. 2023). De esas, 1672 especies son residentes permanentes, 140 son migratorias latitudinales (17 australes y 123 boreales), 77 especies son erráticas, y 70 son hipotéticas que requieren confirmación más rigurosa. Seis son especies introducidas, y una se considera extinta.
¡Anímate a leer el artículo completo y a usar este recurso!, el cual se actualizará constantemente en el micrositio del CCRO en la página de la Asociación Colombiana de Ornitología (ACO). Allí explicamos el funcionamiento del CCRO, quiénes lo conforman, y los criterios para la evaluación de registros, y por tanto, para la inclusión de nuevas especies en la lista. También se explican las categorías en las que se clasifican las especies. Por ejemplo, un registro “hipotético”, en el sentido tradicional en que se ha definido este término, es aquel que no tiene evidencia que respalde las observaciones visuales sobre alguna especie.
Entre sumas y restas, 1966 será una cifra que seguirá creciendo. El meollo del asunto está en tener una fuente confiable que sea resultado de un escrutinio riguroso, registro a registro, y en la que todos podamos participar.
¡Sigue aportando tus registros a través de eBird Colombia, ojalá con audios o fotografías, y entre todos seguiremos construyendo conociendo sobre la avifauna colombiana!