Hasta hace unos años los únicos reportes para Puerto Rico de la golondrina aserrada (Stelgidopteryx serripennis) eran de turistas y no existían fotos que documentaran estos avistamientos. No fue hasta el 19 de febrero del 2008 que varios pajareros las fotografiaron en una antena de comunicaciones cerca de las charcas de los Valdés, en el barrio Islote del Municipio de Arecibo. Ese año se llegaron a contar sobre un centenar de golondrinas aserradas. Desde entonces se podría decir que es un migrante regular pero muy local.
Hace falta que los observadores presten más atención a todas las golondrinas, tanto a las que sobrevuelan como a las que se perchan en el tendido eléctrico o en cualquier otro cable. La golondrina aserrada tiene un tamaño parecido al de la golondrina de cuevas (Petrochelidon fulva). Un juvenil de la golondrina de cuevas se podría confundir con la aserrada si el ángulo de luz no es el adecuado; un modo de diferenciarlos es que las coberteras inferiores de la cola en la aserrada son blancas mientras que en la de cuevas son castañas.
Por ahora la mayoría de los avistamientos han sido al norte de la Reserva Natural Caño Tiburones, donde se descubrió un dormidero con cerca de sesenta golondrinas aserradas en los manglares interiores.
Este año se han observado varios individuos: el 30 de enero de 2014, Julio Salgado fotografió un individuo en las charcas de los Valdés. En esa ocasión Julio aprovechó que una de las golondrinas estaba posada en un cable telefónico como a unos 15 pies de alto; el 2 de febrero un grupo acudió a esas mismas charcas y Edwin Javier Rodríguez logró fotografiar una en vuelo.
Debemos estar más pendientes a las bandadas de golondrinas y ver si entre las comunes se cuela alguna rara. El estatus de esta especie podría cambiar, todo depende de la cantidad de observadores que haya en el lugar y la extensión de la isla que se cubra.